top of page
  • info212800

Nadie se equivoca cuando se equivoca.

En estos tiempos de búsqueda de altos estándares de desempeño y bienestar, me parece que esta reflexión puede sumar. Pensemos juntos: si cuando estamos haciendo algo supiéramos que nos estamos equivocando, lo modificaríamos. Por lo tanto, nadie se equivoca cuando se equivoca, sino que la equivocación surge cuando nos damos cuenta a posteriori.


Y esto nos pasa a todos en tanto humanos. En palabras de Humberto Maturana “en la experiencia del vivir, no podemos distinguir entre ilusión y percepción”. Así cuando vamos por la calle y creemos haber visto a un conocido, muchas veces al acercarnos tomamos consciencia que chistamos a una persona equivocada. No obstante, hasta ese momento, creíamos que estábamos en lo cierto.


En este contexto observo que, en la vorágine en la que nos encontramos insertos, muchos de nosotros no contemplamos la posibilidad de equivocarnos ni que otros lo hagan. Nos enojamos, nos decepcionamos, etc. De esta manera, ponemos en juego el bienestar nuestro y el de otros.


Me parece un precio demasiado alto para una situación que va a seguir sucediendo en tanto humanos: nos vamos a equivocar sin darnos cuenta -en ese instante- que lo estamos haciendo.


Por lo tanto, te invito a reflexionar sobre lo que haremos luego. Por mi parte veré si puedo aprender algo. Tal vez, con que respire hondo y eche manos al humor para reirme de mí mismo, haga una diferencia sustancial.


¿Y vos qué vas a hacer luego de equivocarte? ¿Y cuándo los demás lo hagan?


Nadie se equivoca cuando se equivoca. Se equivoca después.

6 visualizaciones
bottom of page