Hace unos años que me vengo preguntando por los cuentos preexistentes en los que anidamos y, muy concretamente, por el cuento predominante que nos estábamos contando en el mundo cuando nació el modelo ontológico de coaching en el que me formé.
Observo que la era digital – o “siglo líquido” como prefiero denominarlo – nos está planteando un nuevo cuento de trasfondo. Por mucho tiempo bregamos desde el coaching para proponer un desplazamiento desde el deber ser hacia el poder como capacidad diferencial de acción.
No obstante, hoy nos encontramos lidiando con la misma emocionalidad de coerción de antaño – que distingo como EXIGENCIA - aunque potenciada. Lo que en el cuento anterior percibíamos como una coacción cuasi disciplinaria que nos venía desde afuera, en el nuevo lo producimos nosotros mismos bajo el disfraz de “autorrealización”.
Por lo tanto, mantener los principios del coacheo tal como los concebíamos hace treinta años puede dejarnos a los coaches repitiendo un dogma “acerca del nuevo mundo” aunque desconectados de sus latidos y de los nuestros.
Permítanme entonces, en esta breve presentación de DC 30 días del sábado 22 de septiembre a las 11 am de Argentina, compartirles algunas innovaciones que van haciendo progresivo sentido entre los clientes de organizaciones y también entre los graduados y estudiantes avanzados que asisten a las diferentes clínicas de coaching que coordino.
Creo que estas reformulaciones pueden resultar nutricias tanto para nuestros clientes y coacheados como para los profesionales, que anhelamos con toda la fuerza de nuestro corazón contribuir para una conexión con lo humano más allá de la eficiencia de los algoritmos que nos presenta el siglo XXI.