Los coaches solemos referir a la sustentabilidad, aportando diversos testimonios de los resultados nuevos y mejores que emergen de nuestro trabajo. Así, denominamos a los recursos de los que nos valemos, para dar por verdaderas algunas afirmaciones. En caso contrario, las nombraremos como falsas.
Sin embargo, este modelo que tanto sentido hacía a finales del siglo pasado, está revelándonos signos de agotamiento que nos desafía, a coaches y clientes, a buscar algo más que evidencias para dar por verdaderas algunas afirmaciones. De este modo, en tiempos de “fake news”, algunos ya estamos implementando, por ejemplo, el solicitar también pruebas sobre la falsedad de ciertos hechos.
Hoy, nos estamos encontrando con que la liquidez del nuevo siglo deja invisibilizadas algunas comprobaciones, o estamos contando con muestras de la veracidad y de la falsedad de ciertas situaciones, con un tenor semejante.
Por lo tanto, en tiempos de transformación digital, conformar evidencia no resulta una cuestión menor y puede sumar un pedido de coaching, para darle una mirada nueva y fresca a esta cuestión.
¿Estaremos los coaches dispuestos a revisar distinciones tan básicas como éstas que tuvieron pleno sentido hace más de treinta años?
Los clientes van a ir tras aquellas soluciones que se hagan cargo de sus desafíos contextuales.